¿Cuál es mi destino?

río

La nube no necesita saber cual es su destino para llegar a él, simplemente se entrega sin resistencia a las fuerzas de la Naturaleza que la impulsan a cada instante para terminar llegando. El Ser Humano así debería hacer, lo que no significa que no deba ponerse metas, simplemente que estas deben ser un reflejo de sus deseos naturales de cada momento.

Eso es fluir. Porque el destino y el impulso para llegar a él forman parte del mismo sistema, el futuro y el pasado guardan coherencia. Existe un plan perfectamente coherente.
No hace falta que nadie te diga para qué estás aquí o cuál es tu destino, simplemente debes descubrir, escuchar y obedecer tus verdaderos deseos y necesidades. Así llegarás de forma natural a tu destino…de hecho, si así actúas, cada instante presente estarás manifestando tu destino. No es mañana ni dentro de diez años, no solo el fruto es el destino, también lo es el brotar del tallo y el crecer del árbol.

Atiende a tus auténticas necesidades, disipa la barrera que te impide ser consciente de ellas, y entrégate a la Vida a cada instante. El riesgo de fijar un fruto sin conocer la naturaleza de la semilla es terminar caminando hacia lo que no se es. En realidad, el mayor riesgo de fijar un futuro siendo ciego al presente es la infelicidad (y una infelicidad muy cara, ya que te ha costado tu tiempo, lo único realmente valioso que tienes).
Obtén tu felicidad recorriendo el camino desde tu auténtica Naturaleza, y no en la consecución de la meta (que quién sabe si es la que piensas). Los frutos caen cuando están maduros, hasta entonces el árbol debe crecer, simplemente atiende a lo que necesita cada instante…lo demás llegará solo. No te preocupes tanto por el mañana, mejor ocúpate de que el ahora refleje lo que eres realmente.
Si mueres mañana, mejor haber avanzado un solo paso en la dirección correcta, que mil en la incorrecta.

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